Los gigantes farmacéuticos con ánimo de lucro perjudican nuestra salud

GK Bangladesh 2018 Kristof Vadino
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El doctor Manzur Kadir Ahmed, de GK Bangladesh, organización con la que WSM colabora desde hace muchos años, lanza un llamamiento colectivo con motivo del Día Mundial de la Salud para ante todo, no abandonar la lucha contra los gigantes farmacéuticos. “En la producción de medicamentos, la salud y el bienestar de las personas deben ser lo primero. Ahora no es así en absoluto. Seguiremos oponiéndonos al afán de lucro de las empresas farmacéuticas, pero es importante que lo hagamos juntos/as.”

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También en Bélgica los medicamentos resultan cada vez menos accesibles. Aunque son eficaces, se retiran del mercado porque no aportan suficiente dinero. Muchos medicamentos ni siquiera llegan a ver la luz porque las empresas farmacéuticas no ven pan en ellos. Las fuerzas del mercado fallan, el paciente sufre. Para las personas en situación de pobreza y para las enfermedades especialmente prevalentes en los países de renta baja, es un desastre sin paliativos.

 

“Los gigantes farmacéuticos toman decisiones en función de los beneficios que pueden obtener. Desarrollan tratamientos que dan dinero, para pacientes que se pueden permitir. Se centran principalmente en enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, la artritis reumatoide y el cáncer, cuyo tratamiento puede llevar mucho tiempo. El mundo farmacéutico se centra menos en la innovación y producción de medicamentos para tratar enfermedades que afectan a la población de países de renta baja o a los pobres de países de renta alta. La pandemia de Covid-19 suscitó un mayor interés por las enfermedades infecciosas y las vacunas, aunque esto se hizo principalmente para maximizar los beneficios de la pandemia.

 

En la industria farmacéutica, los patentes y otros derechos exclusivos son utilizados por las multinacionales para imponer su dominio tecnológico y obtener grandes beneficios de su monopolio. Esta maximización de los márgenes de beneficio hace que los conocimientos científicos sean cada vez más inaccesibles. Como consecuencia, es posible que muchos medicamentos esenciales nunca lleguen a desarrollarse. El beneficio monetario se impone al beneficio social y humanitario, por lo que los gigantes farmacéuticos niegan una vida sana a una gran parte de la población mundial.

 

GK siempre ha defendido políticas nacionales y mundiales encaminadas a proporcionar medicamentos esenciales a todos/as los/las ciudadanos/as. Para poner en practica esta visión, hace tiempo que empezamos a producir medicamentos nosotros/as mismos/as. Con el apoyo de la comunidad nacional e internacional, conseguimos vencer la resistencia de las empresas farmacéuticas. La política nacional de medicamentos de 1982 fue considerada revolucionaria y apreciada por los/las expertos/as sanitarios/as de todo el mundo. Esta audaz postura contra la manipulación de los gigantes farmacéuticos contribuyó a la fuerte capacidad de producir medicamentos localmente y convirtió a Bangladesh en un país exportador de productos farmacéuticos.

 

Pero el caso no está ganado. La actitud de las crecientes empresas farmacéuticas locales se parece cada vez más a la de las multinacionales. GK sigue defendiendo que se garanticen todos los medicamentos esenciales para todos/as los/las ciudadanos/as, con un principio rector: la salud y el bienestar de las personas. Por ello, seguimos oponiéndonos a las cínicas políticas corporativas de las grandes farmacéuticas que lo impiden. Un clavo que debemos seguir golpeando juntos/as.’

 

Junto con los movimientos sociales de aquí y todo el mundo, WSM defiende a diario una asistencia sanitaria accesible y de calidad para todos/as. Es un derecho básico para todos/as, vivamos donde vivamos.